La caza, especialmente la caza mayor, constituye una de las actividades más antiguas realizadas por el ser humano. Las pinturas rupestres a lo largo y ancho del planeta así lo muestran. Las razones para su práctica eran la supervivencia, el sustento, el vestido, etc.
En la actualidad, aquellas necesidades primarias y urgentes desaparecen. La caza se convierte en una práctica deportiva, también de equilibrio medioambiental, con un papel relevante en la protección de especies en peligro de extinción y de control de población de especies en una determinada zona.
Caza mayor y caza menor
La cinegética distingue entre cacería mayor y menor. Si consideramos el zorro común como caza mayor, la caza menor es aquella dirigida a especies de tamaño más pequeño y, por su parte, la mayor se inclina hacia especies de envergaduras más grandes.
Las modalidades para la práctica de una u otra también varían. La Federación Española de Caza señala algunas de ellas. Las detallamos:
Modalidades de cacería mayor
Estas son las distintas modalidades:
1. Montería. Es una modalidad colectiva en la que intervienen perros de caza. En España se dan dos tipos: la del norte y a la española.
2. Rececho. Interviene un solo cazador, un supervisor y, en ocasiones, un auxiliar para el transporte.
3. Cetrería. Consiste en cazar utilizando aves de presa adiestradas.
Modalidades de caza menor
Estas son las distintas modalidades:
1. En mano. Varios cazadores recorren el campo dispuestos en línea. Delante, suelen ir perros buscando presas.
2. Ojeo. Los cazadores se apuestan en lugares estratégicos mientras los ojeadores llaman la atención o asustan a los animales para dirigirlos hacia los cazadores.
3. Perdiz con reclamo. Es la forma de cazar perdices más antigua que hay con unas reglas estrictas. El reclamo es una perdiz macho adiestrada.
En Cacerías Huescar esperamos que este pequeño acercamiento a las modalidades de caza mayor y menor hayan sido de interés.